Cómo explicar la muerte a los niños

Por más que deseemos proteger a nuestros hijos de conocer la muerte, depende de nosotros – en nuestra calidad de padres y adultos afectuosos- que le ayudamos a comprender esta realidad básica. Necesitamos ayudarles a reconocer sus emociones y resolver sus miedos de manera adecuada para su desarrollo. Necesitamos ofrecerles unas habilidades básicas fundamentales en los pensamientos racionales que los permitan hacer frente a las situaciones de la vida, preparando el terreno para que experimenten un duelo sano cuando muera alguien a quien conocen.

Se consciente de lo que tus hijos están pensando.

Debemos reservarnos el tiempo necesario para observar a nuestros hijos en muchas circunstancias diferentes: mientras juegan, realizan diversas tareas, se relacionan con otras personas o simplemente mientras están sentados silenciosamente, leyendo un libro o jugando con sus juguete. Escuchándolos  mientras hablan con nosotros, con sus amigos, e incluso mientras hablan o cantan para sí mismo, así podremos hacernos una idea de lo que nuestros hijos están pensando y sintiendo. Qué impresión te dan? Como suenan sus palabras? Cuáles son sus preocupaciones, miedos e inquietudes? Aparece en sus juegos o en sus conversaciones la muerte o el miedo que les inspira?

No es preciso que les hs diaablemos seriamente de la muerte ni de temas relacionados con ella. Deberemos hacerlo sólo en los momentos en los cuales a todos los afectados nos parezca alguna cosa normal y natural y tan agradable como sea posible. Procuraremos no proyectar nuestros  miedos y ansiedades en nuestros hijos y seremos  consciente de sus estados de ánimo y preocupaciones.

Aprovecha las oportunidades para hablar de la muerte

La muerte de un animal doméstico, es el momento ideal para presentar a tus  hijos los conceptos de la muerte. Aunque nuestra primera  reacción sea protegerlos (por ejemplo tirando el pececito de colores por el váter) aprovecharemos esta oportunidad para tratar un tema tan serio. Les contaremos  como aquél pececito nació, vivió a base de comida y al final murió.Les diremos  que el pez  ha dejado de vivir “del todo” y que ya no volverá y que está si bien  que se sienta triste por su muerte. Debemos explicarle que estos sentimientos de tristeza son normales y naturales (son escalones que nos vuelven a conducir al camino de estar contentos) y que la tristeza acabará desapareciendo. Poniendo énfasis en explicándoles  que es mucho mejor hablar de la tristeza y sentirla que guardársela dentro y fingir que no está aquí. La tristeza ayuda a curar la herida, pero si uno se la guarda dentro, la herida tarda más en curarse.

Este enfoque suave y realista es mucho más eficaz y memorable que uno “sermón” sobre la muerte que para los niños suele tener poco significado o importancia. Cuando  «acompañamos» a nuestros hijos para que  comprendan la muerte, les damos las herramientas necesarias para afrontar las inevitables  muertes que se presentasen a lo largo de su vida.

Sé paciente.

El concepto de la muerte es complejo y a los niños pequeños les csuesta entenderlo. A los adolescentes que están aceptando su propia mortalidad, puede que también los resulte difícil captar la realidad de la muerte. Es probable que necesites mantener muchas conversaciones tranquilas, serias y compasivas con nuestros hijos para ayudarlos a comprenderla. Debemos de estar dispuestos a dedicarles el tiempo que necesiten.

Por otra parte debemos dejar a los niños que expresen su dolor, con el llanto o con cualquiera otra manifestación. Cuando no podemos expresar este dolor podemos desembocar en síntomas de depresión o culpabilidad. En el caso de los niños, no sólo es preciso permitir la exteriorización de los sentimientos sino que tenemos que fomentar su desahogo. Es preciso decirles que es normal llorar y estar tristes cuando algo así nos sucede. Los niños se recuperarán antes de su pena si los otros les alientan mostrandoles que puede expresarse de una forma abierta y libre.Por otra parte, su dolor podrá manifestar a través de síntomas como: aparición de tics, mojar de nuevo la cama, mayor agresividad, cambios en el rendimiento escolar, etc.

Sé objetivo

Para  explicar la muerte a nuetsros hijos, utilizaremos un lenguaje sencillo, directo y adecuado a su etapa evolutiva, porque eso evitará miedos e ideas falsas. Responderemos a sus preguntas para asegurarnos que entiendan lo que les estamos diciendo.

Asi pues, antes de explicarselo debemos de tener en cuenta que los niños piensan, reflexionan y hablan sobre la muerte de diferente manera en las diversas etapas de su desarrollo. Muchos adultos no nos tomamos seriamente la curiosidad que sienten los niños por la muerte y creemos que son “demasiado pequeños para comprenderla” pero en realidad la muerte ejerce un importante impacto en los niños de cualquier edad, desde la infancia asta la adolescencia.

Como afrontan el tema de la muerte los niños según su edad.

Veamos  como afrontar el tema de la muerte en los niños según la edad. Hasta los 3 años, la muerte se asocia al abandono, al temor de quedarse sólo. La palabra “muerto” no los dice nada ya que a esta edad aún están pendientes de como nacen y se desarrollan los humanos. Perciben o viven  la desaparición de un adulto como “castigo” por alguna cosa que él cree que  hizo. Conviene dejarles claro que ellos no tienen culpa de nada.

Otro concepto que manejan es la muerte como inmovilidad y también creen que los adultos son omnipotentes. El hecho de una muerte les lleva  a preguntarse por qué “no pueden” superarlo y consecuentemente la confianza incondicional en los padres, se ve rota.

De los 4 a los 5 años se ve una ligera evolución. Entre los 3 y los 5 años, los niños suelen considerar  la muerte como alguna cosa reversible y temporal. Es una etapa de vivo interés hacia la muerte, pero aún no son capaces de entenderla  como un suceso irreparable y definitivo. Como el niño de 4 o 5 años atribuye vida a todas las cosas que existen creen que los muertos acabarán reviviendo. Relacionan la muerte con la vejez y enfermedad, así como con la guerra y sucesos violentos.

La experiencia de la muerte a esta edad les ocasionará miedos enormes: a dormir solos… Los adultos tienen que cuidar en extremo su vocabulario: ¡“morir” no es “dormir”! En esta edad, no comprenden la muerte como despedida definitiva. Aún no ha podido asimilar los tres criterios delimitadores:

1. La muerte afecta a todos los humanos.
2. La muerte es inevitable.
3. La muerte es definitiva.

De los 6 años en adelante, los niños comprenderán el carácter definitivo e irrevocable al cual nos referíamos antes y cuando se hable con ellos no se tendrá ningún tabú. Hasta los 10 años, no creen que pueda pasarles a ellos. Para las personas que tienen fe y educan en ella a sus hijos, es más fácil la cuestión ya que al pensar que existe la vida eterna, esta separación se transforma en esperanza de reunirse con el familiar amado en presencia de Dios. Para quien tiene estos pensamientos  religiosos puede ser de gran consuelo compartir la idea que una persona muerta aunque sea enterrada (su cuerpo) su alma o espíritu asciende al otro mundo.

Si la familia no es creyente (bajo el punto de vista cristiano) les podemos decir, que no sabemos lo que pasa después del muerto pero el importante es vivir una vida digna.

Fuentes:

• ¿Cómo presentar la muerte a los niños?
• Hablar con los niños acerca de la muerte
• Cómo explicar la muerte a los niños