Como cita en su libro (El Pequeño Dictador) mi compañero de profesión Javier Urra, ser padres supone esforzarse educar bien, para ello lo que se requiere es amor, lógica, técnica, arte y conocimiento. Una tarea difícil pero no imposible.
Por eso ser padres es asumir que se educa en todo momento, más con actos que con palabras, que la educación es el combustible del alma, que se precisa autoeducarse en el altruismo, autocontrol y autodisciplina, enriqueciendo la competencia emocional.
Últimamente podemos observar como la sociedad ha dado un giro radical, de un esquema de relación patriarcal autoritario a otro excesivamente centrado en el niño, sin represión. La familia se ha hecho más permisiva. Ha perdido elementos de contención que deben de estar en la vida del niño. Éste se ha convertido en un déspota en su relación familiar y su comportamiento se puede extender al colegio.
Dar a los niños de todo (juguetes, dinero, objetos) dejarles hacer lo que quieren, ceder ante sus deseos, es un error, pues haremos de ellos unos egoístas y caprichosos, unos consentidos. Los síntomas de los niños no aparecen por casualidad.
El afán de llamar la atención, de ser el centro y poner a prueba los límites es bastante natural en los niños de entre 4 y 8 años. El problema aparece cuando se convierte en una actitud permanente y sin frenos. En algunos casos se trata de niños a los que sus padres han rodeado de excesivas atenciones. Los límites para ellos han sido pocos. No les han enseñado a respetar tiempos ni normas. Por eso interrumpen las conversaciones de los adultos, o hacen “gracias” para conseguir la atención de todos.
Este marco suele coincidir con padres hiperprotectores, donde el niño adquiere una posición central y se convierte en el déspota de su casa, quiere imponer sus horarios y sus gustos, decir los programas de televisión… El egocentrismo, que se le fomenta al hacerle el centro de las miradas en las familiar y también en la sociedad de consumo, le llevan a no aceptar que los demás (padres, hermanos, compañeros, etc) existen y tiene sus derechos. Por eso al llegar a la adolescencia, algunos reaccionan con violencia o desarrollan otras patologías porque la realidad les parece intolerante.
Así pues profesores, psicólogos y sociólogos coinciden en que ese cambio radical que se ha dado en la sociedad es debido a la falta de tiempo para educar, falta de criterios educativos y tal vez de madurez en los padres actuales. La psicoanalista Ch. Oliver nos comenta que hoy en día, los hijos son esperados, deseados, pero sólo se busca su sonrisa y no los problemas que ocasionan. Y para educar hay que saber decir no!
Para un buen desarrollo en la personalidad y en las relaciones sociales, debe de realizarse un balance entre la necesidad del niño de hacer demanda a otros, y su habilidad para reconocer las demandas que otros le hacen. Dicho proceso comienza durante el primer año de vida, que es fundamental pero no irreversible para el desarrollo del niño.
La disciplina se convierte en un aspecto muy real en el segundo año de vida del niño,aunque unas buenas bases disciplinarias deberían haberse establecido mucho antes mediante el cuidado responsable y el establecimiento gradual de rutinas. Las nociones del bien y del mal la capacidad para ver el punto de vista de los otros, deben de ser alimentadas en primer lugar por los padres. La cual cosa desarrollará, el primer y más importante paso en la socialización del niño ocurre cuando se desarrolla una voluntad de hacer lo que se le pide. La confianza y afecto del niño con sus padres es crítica, ya que asegura que el niño esta esencialmente del mismo lado de aquellos que le están enseñando las lecciones morales de la vida (las normas)
Sin embargo, los niños que siempre hacen lo que quieren (no recogen sus juguetes y si se les obliga lloran, o montan una rabieta, no se quieren ir a dormir solos a la cama, y si sus padres lo hacen lloran,…) pueden interpretar esa permisividad como indiferencia: sienten que nada de lo que hacen es lo bastante importante para que sus padres se preocupen.
La mayoría de los padres utilizan métodos disciplinarios basados en unos enfoques básicos: modelo errático o permisivo, autoritario, sobreprotector y democrático.
Modelo errático o permisivo:
Tipo: Identifica ante las actitudes y conductas del hijo. Permisividad y pasividad. Libertad sin límites. Descontentos con el hijo como persona. No se ofrece un modelo eficaz al imitar. Ambivalencia. Variabilidad.
Creencias de los padres: Lo padres hemos de hacer felices a nuestros y serviles. No son efectivas las consecuencias que les resultan molestas. Los niños cooperan si creen que es correcto.
Generan en los hijos: Conductas poco adaptadas socialmente. Dificultad para incluirse en grupos no permisivos. Sentimiento de falta de cariño. Inseguridad, ansiedad. Baja autoestima y autocontrol. Desprecio a los educadores. Falta de normas. Dependencia, falta de respeto, egocentrismo. Los niños entienden que los padres han de servirlos. Actitudes que ponen a prueba los límites, desafían reglas y autoridad. Agotan a los padres.
Responsabilidades: los problemas los resuelven los padres. Se solucionan mediante la persecución. Los niños siempre ganan. Los niños entienden que los padres deben solucionar sus problemas.
Poder y control: de los hijos.
Modelo autoritario.
Tipo: sometimiento temeroso a las exigencias de los padres. Trato estricto, imperios, severo. Se utiliza la coacción, la fuerza, el chantaje emocional…ridiculizar, sobrecorregir y reprochar. «Aprenden si duele». Se presta apoyo instrumental pero disvirtuado por su crispación. El hijo no es libre para expresarse y conducirse. Límites sin libertad. No se refuerza sus éxitos sino se castigan los fracasos. Se ponen etiquetas negativas a la personalidad.
Creencias de los padres: los padres ostentamos la autoridad y hemos de hacerla cumplir con o son la colaboración de los hijos. Sus criterios se impondrán cuando ellos sean padres.
Generan en los hijos: percepción de los padres como hostiles. Resentimiento. Fracaso en las variables de competencia social. Falta de espontaneidad y de orientación propia. Atribución de su conducta a fuentes externas de control. Dificultad para internalizar valores morales y éticos. Escasa motivación de logro. Bajo rendimiento escolar. Pobre ajuste socioemocional. Agresividad y revelación. Ira, testarudez, venganza, introversión y sumisión temerosa.
Responsabilidad: lo problemas se solucionan a la fuerza. Los padres siempre ganan.Ellos son los que deciden y resuelven. Los hijos piensan que sus padres deben solucionar los problemas de sus hijos, Sus métodos para solucionarlos son dañinos.
Poder y control; de los padres.
Modelo de monopolio/sobreprotección.
Tipo: exclusivo. Ansiedad paterna. Falta de confianza.
Creencias de los padres: Los hijos deben de ser cuidados en todo momento, protegidos y mimados mientras vivan en el hogar de los padres. Ya crecerán y se responsabilizarán de mayores.
Genera en los hijos; dependencia. Falta de iniciativa. Egoísmo. Intolerancia. Tiranía. Desadaptación social
Responsabilidad: corresponde a los padres. Los hijos son una tabula rasa, son dependientes. La filosofía es «todo para los niños pero sin los niños»
Modelo inductivo de apoyo /democrático.
Tipo:Autoridad en el diálogo. Amor. Sensibilidad.Comprensión.Busca la obediencia voluntaria, el control interno. Crea un clima de libertad dentro de unos límites. La familia es fuente de bienestar.
Creencia de los padres: Los padres piensan que los niños pueden resolver problemas por sí mismos.Hay que dejarles elegir y tomar decisiones para que aprendan las consecuencias. Los hijos cooperan si se les induce a ellos.
Genera en los hijos: Individuos adaptados. Confianza en sí mismos. Comportamiento inductivo. Independencia. Afirmación. Responsabilidad personal. Conductas sociales valoradas. Responsabilidad y cooperación.
Responsabilidad: Los problemas se solucionan de manera cooperativa, padres e hijos en la resolución. Todos ganan. Todos se respetan.
Poder y control; Según pueden manejar la situación así les delega.
De los modelos disciplinarios señalados, lo utilizados actualmente por los padres de niños con problemas de conducta o incluso tiranos son el modelo de sobreprotección y el modelo permisivo,
A continuación se os exponen dos vídeos de programas televisivos muy conocidos, supernanny (Roció Ramos) y hermano mayor (Pedro García). Como vais ha poder observar nuestros protagonistas muestran problemas de mala conducta, las cuales suelen llevar a los padres al límite de la desesperación- Como ya hemos comentado anteriormente dichos problemas se desencadenan por la falta de tiempo que dedican los padres para educar, falta de criterios educativos y tal vez de madurez en los padres actuales. En pocas palabras son niños o adolescentes que cuando eran más pequeños, sus padres les han dejado hacer lo que han querido, sin ponerles unos límites, sin darles responsabilidades….
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Mirar las pautas que lleva acabo Roció Ramos para reeducar a nuestros protagonistas. Son tan sencillas como poner unos límites, dar responsabilidades… y de esta manera que sean conscientes de que cuando no realizan o no cumplen con las normas establecidas en casa son sancionados. Es una forma de que nuestros hijos vean que no somos los padres quienes los castigamos, sino que realmente son ellos quienes se castigan, ya que no cumplen con las normas.
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Fuentes:
- Trastornos de conducta en la Infancia y la adolescencia. Herbert, M.
- Padres obedientes, hijos tiranos. Una generación más preocupada por la amistad que por su papel como padres. Prado,E y Amaya J
- Modelos de familia; conocer y resolver los problemas entre padres e hijos. Nardone, G
- El pequeño dictador. Urra J.
- Imágenes: www.crecerfeliz.es
- Vídeos: www.cuatro.com
Recomendaciones:
- El pequeño dictador. Urra J.
- Educar con sentido común. Urra,J